Mi escondite favorito

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lunes, 18 de noviembre de 2013

Rebeldes con causa

Hoy en día,  parece que la sociedad intenta evitar que las personas en general, y en especial los jóvenes, pensemos como quien dice, por nuestra cuenta, tengamos ideas propias, y una personalidad bien desarrollada, y con todo ello, seamos los protagonistas de nuestra vida.
Hoy en día, la sociedad, a través de los diferentes medios de comunicación nos abruma con estereotipos de belleza, de diversión, de profesión ideal y de personas con una vida fácil, cómoda y llena de lujos. Todo esto nos lleva a los jóvenes, en primer lugar, a querer ser como los demás, a cumplir el prototipo, a que la sociedad nos acepte, a tener miedo a destacar por el simple hecho de ser, pensar o simplemente vestir o divertirnos de una manera que  “ no guste”, no esté de moda, o pueda hacernos parecer raros ante los demás.

 En nuestra defensa diré, que de esto nosotros no tenemos la culpa, es algo que desde hace años se cultiva en la sociedad y probablemente no sea una novedad del siglo XXI, de hecho siempre ha habido prototipos y modas. Pero lo propio de la gente joven, son sus ansias de cambiar el mundo, y esto solo lo podemos conseguir con nuestro ejemplo, adaptarnos a nuestra sociedad y a sus modas de una forma muy personalizada, lo cual parece que no es posible, pero definitivamente lo es ¿o es imposible salir a bailar y divertirte sin haber estado tres horas bebiendo antes? Mi experiencia me dice que no, he rechazado copas muchas veces, y nunca me han tachado de “rara” por ello. La clave está en afrontarlo con personalidad y seguridad en nosotros mismos, tener convicciones y saber expresarlas. Tenemos que ser rebeldes con causa, y aspirar a poner nuestro grano de arena para conseguir un mundo mejor.

Y en segundo lugar, quería hablar sobre la vida fácil que tanto nos publicita la sociedad actual. La vida cómoda, sin complicaciones ni compromisos, parece que es el sinónimo a vida feliz. Esto nos lleva por una parte a conformarnos, y por otro lado a no ser capaces de ver las cosas importantes de la vida. No es la primera vez que escucho que alguien quiere estudiar X carrera por el alto sueldo que cobraría en la correspondiente vida laboral, y que además supondría poquísimas horas de trabajo y muchas vacaciones. También escuché a otros que se sentían obligados por sus padres a estudiar algo que no les apasionaba por el prestigio que ello supondría. Yo, personalmente, tuve la suerte de que mis padres me educaran en la teoría de que lo que importa es hacer algo que realmente te apasione, que un trabajo hecho sin ganas, siempre pensando en la hora de salida, en las fechas de vacaciones,  un trabajo que es visto como un simple medio para comer y poder permitirse diversiones lejanas al mundo laboral, es un trabajo carente de sentido. Y desde luego  mi punto de vista es que eso está muy lejos de una vida feliz.

 Desde pequeña tengo vocación de profesora, y mi mayor miedo es aburrir a mis alumnos, tengo la esperanza de poder transmitirles con mi ejemplo la pasión por lo que hago, no solo para que se den cuenta de lo apasionante que es la biología, que lo es, si no para que sientan que las cosas hechas con ganas, con esfuerzo y con gusto son las que nos hacen realmente felices. 

Que se note que somos jóvenes llenos de nuevas ideas, de proyectos, y de ganas de exprimir la vida, sin que nadie lo haga por nosotros. 

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